Zoo Polar de Tromso
Texto: Nathalie Pédestarres / Fotos: Santiago F. Fuentes
Tromso, día 3 : el beso del lobo
Hoy, hemos besado a los lobos… El zoo polar de Bardu es un lugar único en Noruega y uno de los muy pocos en el mundo donde el contacto con estos grandes depredadores llega a ser tan… íntimo. Una experiencia inolvidable para todos los que se preocupan por la conservación de las especies animales amenazadas.
“¡Oooahaaaaaaaúuuuuuuuuuuuu!”. Un profundo aullido gutural surge del pecho de Stig, nuestro guía del Zoo Polar de Bardu* (un pueblo a unos 160 km de Tromso). Stig no puede entrar en el recinto de los lobos con personas desconocidas sin haber avisado primero. Nos invita a hacer lo mismo. A mi – no sé si más por el frío o por el miedo – me sale un aullido penoso, estilo gato mojado. Pero la respuesta no tarda… En la naturaleza silenciada por las espesas capas de nieve fresca, surge de repente un concierto de aullidos lobunos. Por el sonido, Stig sabe quien es quien: un aullido bien modulado y estable es el de un adulto. Un aullido descontrolado es el de un jovencito, un poco como los adolescentes que mudan de timbre. “Están listos para recibirnos“, nos señala Stig con la mayor seriedad.
Nos acercamos al recinto vallado… “¡Yup, yup, yup, yup!” Sorpresa. Stig parece llamar a la nada, pero de detrás de los grandes abetos negros surgen corriendo dos enormes bolas de pelos seguidos por tres lobos que se quedan a una distancia prudente. Las bolas son Sal y Pimienta, dos ositos hermanos que han nacido en el Zoo Polar y que se han convertido en una de las mayores atracciones de la comarca de Tromso. Sal y Pimienta comparten el recinto con los lobos. ¡Qué bien, hay visitantes!” Los osos se saben el “truco” : se sientan sobre su trasero y empiezan a agitar la pata delantera. ¡Parece que nos saludan! En realidad, saben que cuando hay visitantes, para ellos hay chuches. Margarita, una joven sueca que ha venido a hacer un período de prácticas en el parque, les encierra en un reducto con un olor terrible a pocilga. Se quedarán allí dentro mientras estemos con los lobos. Son demasiado peligrosos, nos explica Stig. Sal, la hembra albino, parece tranquila y plácida. Pero su hermano Pimienta gruñe de una manera que no augura nada bueno…
Es hora de conocer a Elia, Silmu y Lupo, los tres lobos “socializados” del recinto. ¿Qué significa “socializados”? Algunos detractores dirán que se han hecho de estos animales salvajes unas atracciones de feria… Para Stig y sus compañeros del zoo polar se trata de “bienestar animal”. Los lobos, por instinto, temen al hombre. Tenerlos encerrados en un recinto con visitas diarias de humanos les produce un estrés constante. Así que, si tienen que estar en semi captividad, mejor quitarles el miedo al humano y es precisamente lo que se hace en el Zoo Polar de Bardu. Cuando los cachorros tienen menos de 10 días, les separan de su madre y empiezan a criarlos. Los animales acaban acostumbrándose a los humanos hasta el punto de poder darles besos y achuchones. 6 de los 8 lobos que cuentan el parque han sido socializados. Los 2 que quedan son la pareja reproductora y estos sí que son salvajes.
Entramos en el recinto… ¡Dios! Recibo encima de la chepa a un Silmu sobreexitado. Me araña la oreja de paso y quiere verme la cara que trato de proteger con los brazos. Pongo una rodilla en el suelo… El lobo se acerca… Me dejo hacer. Abro un poco la boca el animal me lame la cara y los dientes. Stig nos ha tranquilizado con el aspecto “higiene”: ¡nosotros tenemos más bacterias en la boca que ellos! Los lobos no comen otra cosa que carne pura y cruda. Y es cierto que a ninguno de los tres les “canta el pico”. Más bien, tienen la lengua que sabe a… nada, a fresco, a nieve. A mi lado, Santi lucha para que los lobos no le arranquen la bolsa de plástico que protege su cámara de los copos de nieve. En vano. Nuestro fotógrafo tiene mucho mérito: sacar fotos a estos “gamberros” que saltan sin cesar y bajo la nieve que cae sin pausa es una verdadera hazaña.

El Zoo Polar también alberga linces y glotones, dos de los cuatro grandes depredadores árticos que encontraremos allí.
El momento de salir del recinto ha llegado. Stig y el escaso personal del Zoo Polar tienen mucho que hacer. Empieza el fin de semana y hay que atender las visitas cada vez más numerosas, además de limpiar las instalaciones, alimentar a los animales, hacer algunas reparaciones… Stig y sus colegas hacen de todo y muchas veces, trabajan de sol a sol. El Zoo Polar es una iniciativa privada que se autofinancia con la aportación de los turistas; se agarra a su pasión filantrópica por la conservación del biotopo ártico. Los beneficios no son, por lo tanto, enormes y hay que racionalizar los costes al máximo. “Es un trabajo muy sacrificado, nos confiesa Stig. Tienes que poner mucho de ti y tienes que querer mucho a los animales“. En dos años esperan poder acoger un oso polar. El proyecto cuesta 20 millones de coronas noruegas. Han conseguido juntar 10 millones con sacrificos personales. Les falta la otra mitad…
Para poder vivir, el zoo organiza todo el año actividades con los animales para las empresas y las familias. Además del parque de los lobos (reservado a los adultos), han creado otro con zorritos polares socializados más adaptados a los niños. También se organizan actividades exclusivas como la “noche con los lobos” que incluye la “sesión de mimos” con los lobos, una cena y la pernoctación dentro del parque. Para una familia de 2 adultos y dos niños, la entrada para un día en el parque cuesta menos de 70 euros.
También se puede apadrinar un lobo: para un individual, sólo cuesta unos 125 euros al año. Los apadrinamientos corporativos son más caros (¡pero para algunas empresas, como las petrolíferas, no es na’!): desde 625 hasta 3.125 euros al año.
Un gesto fácil para que no desaparezca esta parte tan bonita y entrañable de nuestro patrimonio natural y para que nuestros hijos puedan seguir teniendo la oportunidad de besar a un lobo en vez de mirar una imagen de ello en la enciclopedia de las especias extinguidas…
*Un parque único en Noruega
El Zoo Polar de Bardu es el único parque de estas características en Noruega y uno de los tres que existen en el mundo (los otros dos están en Suecia y en Estados Unidos). Reune a los 4 grandes depredadores Árticos (el lobo, el oso pardo, el glotón y el lince boreal) y a una muestra de la fauna ártica: zorros polares, bueyes almizclero, arces, renos…
El parque está abierto cada día del año.
En invierno (1 septiembre – 30 de mayo): de 9h a 16h entre semana y de 11h a 15h los fines de semana.
En verano (1 de junio a 31 de agosto): cada día de 9h a 18h.
Para ir al Zoo, hay que coger la A8 desde Tromso hasta Nordkjosbotn y luego la A6 hasta Skogstad. En Skogstad, haced como nosotros: ¡preguntad en la gasolinera ! Os indicarán perfectamente cómo llegar.
Video de los tres lobos con el cuidador Stig en el Zoo Polar de Bardu, en Tromso
Más fotos de Tromso. Noruega
Más fotos de lobos, linces boreales y otros mamiferos del Polar Zoo.
Mais reviens vite….Embrasser des loups maintenant…Les voyages n’ ont rien de bon….
Damned
Cs
Mais reviens vite….Embrasser des loups maintenant…Les voyages n’ ont rien de bon….
Damned
Cs
Como mola! Me encanta las imagenes del lobo.
Tiene que haber sido muy emocionante, que privilegio!
Una cosita, me gustaria poder ver las fotos a un tamaño mas grande, ¿puede ser?
Como mola! Me encanta las imagenes del lobo.
Tiene que haber sido muy emocionante, que privilegio!
Una cosita, me gustaria poder ver las fotos a un tamaño mas grande, ¿puede ser?
¿Y luego, quien besa al que le ha besado un lobo? …….
Por cierto, ¿el gloton también es un depredador?…..
Yo quiero ir a ese sitio, tiene que ser GENIAL.
holaa,me gustaria saber cuanto tardaste de ir desde tromso a bardu¿ gracies 😀
hola, estuvimos en inviernos, mes de febrero, habia mucha nieve y tuvimos que ir un poco lentos pero aprox. nosotros tardamos casi 3 horas. En condiciones normales seguro es algo menos
Un saludo