Faunia, Madrid

Faunia y otros animales…

Faunia (c) www.flickr.com/photos/alrojo09/

David, 8 años, pasó un día entero en Faunia, uno de los parques temáticos de la naturaleza más importantes de España. Nos cuenta sus vivencias con la sinceridad propia de su edad y llega a la conclusión de que las bestias no son siempre las que tienen cuatro patas…

Texto : David P.A. / Fotos : Faunia

Con mi padre, solemos ir a la montaña caaaada sábado que me toca con él… aunque la verdad es que disfruto mucho allí, pero me da la impresión que en otra vida debió de ser una cabra montesa… ¡Todavía no he conocido a nadie que sepa trepar por las rocas a tal velocidad (ni que sea tan cabezota, je je) !

Pero debió pensar que, una vez al año, no hace daño cambiar un poco las costumbres así que, aquel sábado por la mañana, me dejo dormir más allá de las 7 y me puso las zapatillas normales. Y en lugar de coger la sempiterna carretera hacia el Norte para ir a la Sierra, nos fuimos hacia el sur… ¡Qué misterio!

¡Me ha traído a Faunia, qué ilusión! Llevaba mucho tiempo con las ganas de descubrir este sitio, si bien es verdad que nunca me han gustado los animales encerrados… Pero me había llamado la atención el logotipo divertido del tucán con las alas en forma de huellas de manos pintadas. Y la verdad es que no es mala manera de que los humanos seamos capaces de entender que hay muchas más especies en este planeta que el ser humano. En mi clase hay un niño que todavía se cree que la leche sale de un Tetra-Brik… ¿Os lo podéis creer? Así que una visita a sitios como Faunia es tan importante como la clase de historia natural (pero mucho más divertido que la maestra que tiene la voz gangosa y un poco de bigote…)

Empezamos el recorrido bajando por un amplio paseo que nos lleva al Foro Mágico. A ciertas horas tiene algunas actividades “mágicas” y fuera de ellas, nos permite a nosotros los pequeños a disfrutar del recinto que parece una selva en diminuto.

De aquí pasamos a “La Granja”. Bueeeno, Papá… Ya sé lo que es una gallina, gracias.  Y te recuerdo que la abuela también tiene conejos en la casa de Cantabria. Pero, en cambio, descubro por primera vez un cerdo coreano. En cuanto a mi padre, parece que se ha encariñado con la cabrita… Será que se siente identificado.

Faunia. Espectáculo de focas y leones marinos. (c) Flickr-Willkañe

Al salir de la granja nos encontramos de frente con el Lago donde curiosamente conviven monos, cisnes y un montón de peces muy bien alimentados por la comida que les dan los visitantes. El siguiente punto del recorrido es el Teatro Lago, donde agradezco que mi padre hiciera coincidir nuestro paseíto con el horario de la exhibición de Morsas, Lobos de mar y Focas. Nos acercamos tanto a estos animales que casi podríamos tocarlos. Pero yo no lo hago porque me recuerda a mi abuelo Josechu que siempre me despeina y me pellizca la mejilla ¡Lo odio!  Pero volvamos a las focas (¡que gran parecido con mi tía…). ¡Hay que ver como se mueven en el agua y qué acrobacias consiguen hacer! Lo peor es la  estridente música que nos pusieron de acompañamiento…¡Jo! y también me hicieron  sentirme un poco morsa cuando nos mandaron hacer lo ola, o aplaudiendo o riendo cuando el presentador lo consideraba oportuno… parte del espectáculo.

Del Lago, pasamos por El Bosque templado, salpicado de Pinos, encinas y alcornoques madroños, jaras y muchos tipos de plantas aromáticas (hago el sabiondo para impresionaros. Pero todo esto me lo acaba de soplar mi padre que sabe mucho de botánica…). Allí viven unos cuantos curiosos animales, como grullas y faisanes. Seguimos y llegamos al oscuro mundo de La Noche… ¡Tsan tsan! Me encanta…  Aquí todo esta oscuro para poder disfrutar mejor los animales nocturnos como el búho, la boa o el lince.

En la siguiente visita nos quedaremos “helados”, ya que entramos en el Ecosistema del Polo, una amplísima área de dos niveles. En el momento que entramos se encuentra a -2º y está cayendo una bonita nevada artificial. Pero yo me río del frío, por así decir, ya que la parte de visitantes estaba acondicionada para poder disfrutar sin congelarnos.  Allí pudimos descubrir gran variedad de aves polares, entre otros el pingüino rey, los pingüinos salta rocas o el pingüino de Humboldt, en peligro de extinción, que viven en los bancos de hielo. Sin duda alguna, para mi gusto el ecosistema que más me impactó.

Faunia y pinguinos. (C) Flickr-Freebird_71

“Misterios bajo tierra” es el nombre del siguiente pabellón donde, entre estalactitas y estalagmitas y recónditos emplazamientos, descubrimos sorprendentes animales que viven en oscuras grutas y túneles bajo la tierra. Y para empezar lo primero que encontramos son una impresionante serpiente pitón y una “pequeñita” iguana. Pasamos a observar los acuarios de peces de los fondos marinos donde remolonean unas anguilas curiosísimas, las anguilas jardineras, que excavan túneles en el lecho marino y sólo asoman su cuerpo para poder alimentarse. Según avanzamos, vamos encontrando otras serpientes e iguanas, así como algunas bonitas tortugas, ratas, ranas o todo un espectacular hormiguero. No sabemos lo que tenemos bajo los pies….

Tucanes e Ibis en Faunia. (c) Flickr-jmiguel.rodriguez

Ya empezaba a notar el cansancio en los pies cuando entramo en La Jungla.  ¡Qué curioso! Ha desaparecido el cansancio, es impresionante. Allí encontramos, en tres estratos, una amplia variedad de muchas especies de diferentes rincones del mundo, desde pirañas, manatíes y hasta nos vimos metidos en una tormenta tropical ¡¡en Madrid!! Y, a la vez, veo saltar a monos entre los árboles y volar un tucán o un loro u otras aves totalmente desconocidas, al menos para mí. Puedo asegurar que es algo muy llamativo. Si se va con tiempo, y si no se esta muy cansado, conviene hacer las visitas alternativas como el área llamado Territorio Saimirí, donde antes de entrar te indican que no se debe tocar a esos simpáticos monos que se acercan mucho a ti… Trataran de robarte las bolsas de comidita que lleves encima.

Pero lo que más me impresionó fue el paseo a través de un túnel acristalado donde, salvo el suelo, puedes ver como si estuvieras andando a través de un río de los manglares, desde gigantes raíces de árboles, hasta peces gato, peces tigre, rayas, pacúes negros, pacúes rojos, arapaimas gigantes de más de 3 metros de longitud y especialmente los manatíes, en los que muy posiblemente se base el mito de las sirenas, especialmente por la forma de su cola y por el hecho de poseer una característica muy humana, y es que las hembras amamantan a sus crías sosteniéndolas con las extremidades anteriores y porque además, se comunican bajo el agua mediante la emisión de sonidos que son perceptibles por el oído humano y que en su día los marinos pudieron confundir con los “cantos de sirena”¡Uf ¡ Lo he dicho todo, todo lo que me han contado de estos curiosos animales en Faunia. ¡Aprendo un montón!

Manatis en Faunia. Madrid. (c) Flickr-chomiji

Pasamos luego a la zona conocida como Isla Mazama. Es una instalación que recrea la rivera de un bosque tropical. Se ven curiosas especies sudamericanas como las maras, que se parecen mucho a las liebres, y las capibaras, el roedor más grande del mundo.

Y para terminar nos introducimos en el pabellón Evolución. Es un poco como un paseo por la vida desde que hace 4.600 millones de años dio comienzo el proceso evolutivo generador de la variedad de la vida en la Tierra. Y para ello, iremos viendo varios ejemplos del mundo animal. Molan los medios interactivos y las proyecciones que Faunia ha puesto aquí para que entendamos mejor. Hasta hay una espectacular y colorida reproducción de un arrecife de coral con tiburones que nadan entre cientos de peces tropicales. ¡Tiburones de verdad!

Terminamos… ¡Jo, si llevamos ya más de cuatro horas sin parar! Ha merecido mucho la pena. Tan solo lamento una cosa y es que algunos niños se comporten como verdaderos salvajes, gritando, corriendo por todas partes y asustando a los animales, con la aparente bendición de sus padres (esto es lo peor…). Yo me considero movidito, pero mi padre me enseña que cuando hay gente alrededor hay que guardar un poco las formas para que todos podamos disfrutar. También me ha dado pena ver encerrados a muchos animales en espacios tan pequeños. Espero que los mayores que cuidan de ellos sepan lo que hacen, porque yo me agobiaría con tan poquito espacio…

Aún así, yo guardaré un bonito recuerdo de nuestro paseo por Faunia porque hoy he aprendido que no estamos solos en este mundo ; que no somos más que unos invitados en esta bonita Tierra y que, en calidad de tales, tenemos que comportarnos con respecto y cortesía. Necesitamos compartir el perfecto equilibrio de todos estos ecosistemas y de todas estas especies para seguir disfrutando de esta casa común que es nuestro mundo.

Faunia. Exhibición de aves (c) fusky.wordpress.com

No te pierdas…

La nueva área temática del parque : el Manglar de cocodrilos, en el que se pueden admirar hasta ocho ejemplares de cocodrilo del Nilo (Crocodrylus niloticus) de entre 2 y 3,30 metros de longitud. La instalación recrea un típico manglar africano, con zonas húmedas (un estanque de agua dulce de 125 metros cúbicos de capacidad, 200 metros cuadrados de superficie y 80 centímetros de profundidad máxima) y boscosas cercanas al mar y arenales donde los cocodrilos del Nilo cazan sus presas y entierran sus puestas de huevos.

Faunia organiza una velada muy especial para la Nochevieja de 2010 en entornos únicos y exclusivos como el Ecosistema Polar – en el que habitan un centenar de pingüinos – y La Hacienda de Faunia, amplio espacio de un cálido y elegante estilo colonial. La celebración de la Nochevieja en Faunia arrancará a las 21:00 h. del 31 de diciembre con un Cocktail de Bienvenida en La Hacienda de Faunia, seguido por la Cena de Gala en el salón con un menú de Alta Cocina (uno para adultos y otro infantil) diseñado por el chef Gabriel Estepa. A medianoche se celebrará la llegada del 2011 con las campanadas, uvas y champagne y, a continuación, dará comienzo el baile y la barra libre en el Ecosistema Polar de Faunia. La fiesta se prolongará hasta las 04:00 h. Durante este tiempo, habrá actividades infantiles dirigidas en todo momento por monitores especializados (visita guiada al Ecosistema Polar, juegos, una sesión de cine infantil en el auditorio Naturactiva). Precios 185 € para los adultos y 50 € para los niños de hasta 16 años de edad (IVA incluido). La reservas se pueden efectuar en el 91 301 62 10 / 33 y en eventos@faunia.es.

… Y MUCHO MÁS EN www.faunia .es

Escrito por Santiago

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