Texto: Nathalie Pédestarres / Fotos: Santiago Fernández Fuentes.

Día 3: Hamn i Senja, hotel ártico con encanto

Ha sido clasificado entre las mejores atracciones del norte de Noruega y con razón. Mucho más que un simple hotel, Hamn i Senja es una etapa única en uno de los lugares más auténtico del norte de Noruega con paisajes que no veréis en ningun otro lugar.  El buen humor y la sana hospitalidad de Christian, Heidi, Lasse, Peter y Jan hacen que uno se siente como en casa en este hotel histórico encantador y también… encantado (sí, sí, lo hemos comprobado).

©Hamn i Senja

Cuando era pequeño, Christian Borchgrevink Lund oía hablar de aquel bisabuelo con barba de profeta que vivía en una isla llamada Senja. Un buen día, aparecieron fotos de él y de su descendencia en Internet ; en las viejas imagenes sepia se veía, entre otras, el bisabuelo con la mirada seria hacia el horizonte y su hermano – un aventurero polar un poco alocado – llevando dos águilas en el brazo como si fueran animales domésticos. Detrás, de fondo, se veía un muelle y un pequeño fjordo…

Intrigado, Christian se puso en contacto con los dueños de las fotos que resultaron ser los propietarios de un desafortunado hotel instalado en la antigua casa familiar en un lugar bautizado Hamn i Senja (el muelle de Senja). El hotel había sufrido un incendio en 2006 y no funcionaba muy bien… Los dueños propusieron entonces a Christian mudarse a Hamn i Senja para encargarse del hotel. No se lo pensó dos veces. Por aquella época, él y un grupo de amigos buscaban una alternativa a su vida urbana ajetreada, una manera de « reciclarse » en un lugar como Hamn i Senja, aislado pero no demasiado en plena naturaleza.

Adivinanza, adivinanza: ¿dónde está la casa de verano del óptico de Tromso?

Porque Senja, a pesar de ser la segunda isla más grande de Noruega, sólo tiene 9.000 habitantes. Es uno de los pocos sitios de Europa donde la naturaleza salvaje todavía tiene mayoría absoluta sobre la civilización. Se apoda la “pequeña Noruega” porque es una síntesis de, virtualmente, todos los ecosistemas, climas y paisajes del país; un lugar único… El ritmo de vida es otro, sujeto a los saltos de humor del clima, con algunas tormentas dantescas e imprevisibles, que condenan las carreteras en invierno y hacen volar piedras de hasta 200 kilos… También es uno de los sitios más cálidos de esta región septentrional de Noruega, con récord de temperaturas en verano, gracias a la presencia del Gulf Stream que baña el fiordo. En Senja, muchos noruegos acomodados de la comarca de Tromso tienen sus casas segundarias ; los pueblos son escasos y pequeños, con las típicas casitas multicolores de maderas, coquetas con sus adornos de hierro forjados, cortinas de encaje en las ventanas y macetas de flores que miran el temporal desde detras de los gruesos cristales.

Pero volvamos al hotel. Totalmente reformado en 2008, tiene hoy 66 habitaciones super confortables, forradas de madera cálida, y con una decoración discreta pero de buen gusto, al estilo minimalismo escandinavo. Las suites son apartamentos ideales para las familias, con varias habitaciones (cada una con su baño propio) que comparten un gran salón y la cocina totalmente equipada. Algunas tienen grandes ventanales que dan al muelle, y todas gozan de la connexión wifi gratuita y un equipo de televisión ultra moderno sólo para los días de perros.

Porque si hay algo que no se puede ni se debe hacer, cuando se está en Ham i Senja, es no salir a visitar los alrededores siguiendo las recomendaciones de Christian o del misterioro Jan… Jan es un lugareño de pura cepa, con cara curtida de pescador de hielo, el pelo revuelto y la memoria rebosante de historias, anécdotas y creencias… Os hablará, tan ancho, de Anna, la fantasma amable que todavía ronda por la antigua casa… Y justo cuando la mencionamos, sentados en la mesa cenando -¡os lo juro sobre mi propia cabeza! – empieza a vibrar mi copa de vino…. ¡Diiiiizzzzzz ! Buenas noches, Anna ¿qué tal por el más allá ? Hablando de la cena, Lasse Wikberg, el cocinero sueco, nos ha obsequiado con su versión suculenta de la sopa de pescado con crema, típica de Noruega. Sigue un delicioso trozo de bacalao semi seco con salsa de vino tinto y puré de patatas con trocitos de verduras y una generosa tarta de manzana al estilo « tatin », con canela y helado de vainilia. ¡Puf, qué lujo !

Los "Dientes del Diablo" una curiosidad geológica de la isla de Senja...

A pesar del cielo que se vuelve peligrosamente plomizo, Christian nos acompaña a los Dientes del Diablo, un paisaje increible que el propio productor del Señor de los Anillos había retenido como opción para su « blockbuster » fantástico. Hay que coger una única carretera que « vive » bajo la amenaza constante de avalanchas imprevisibles. Un tunel, que parece haber sido picado a mano, tiene… ¡una puerta automática ! que se abre cada vez que se acerca un coche y vuelve a sellar el tunel en caso de que la avalancha se precipite dentro. A la vuelta de un fjordo, bañada en esta luz azul cobalto inconfundible de los paises nórdicos, surge la hilera de picos en forma de colmillos ¡Espectacular ! Abajo, unas cuantas casitas aisladas : son las de los mineros que trabajan en una mina de grafito. Han venido del mundo entero : chinos, japoneses, rusos, australianos, que necesariamente tendrán que llevarse bien en este lugar perdido de la mano de Dios. Sabremos más adelante que, tan sólo dos horas después de que nos hayamos marchado de los Dientes del Diablo, cayó una avalancha monstruosa que cerró la carretera que habíamos cogido, obligando a las autoridades locales a evacuar los pueblos cercanos. Estoy pensando que le hemos caído bien a Anna…

Al día siguiente, Jon nos lleva en un curioso fuera bordo polar equipados con asientos en forma de sillas de caballos para « cabalgar » sobre las olas. Llevamos más ropa que el hombrecillo Michelín : mallas, pantalón, dos pares de calcetines, forro polar, camiseta y peto térmicos en gore-tex, botas impermeables, guantes, gorros, gafas anti-vaho, bufandas… Nos cuesta hasta doblar las piernas. El barco va rápido por el agua ártica… Con un poco de suerte, veremos focas. No tenemos tiempo de salir al alta mar, pero cerca de Hamn i Senja, donde el agua está más profunda, se pueden avistar cachalotes, orcas, delfines y ballenas. Jon sabe sortear los incontables salientes que puntuan la bahía y resultaban fatales para los barcos que no conocían la zona… De hecho, los noruegos de Senja utilizaban este subterfugio para deshacerse de las odiadas tropas nazis que estuvieron allí durante la segunda guerra mundial :

–       « ¿Eztá zeguro nafegar por allí ? »

–       ¡Claro ! Adelante herr general…

Y el barco teutón se iba directo a naufragar en las rocas submarinas invisibles…

Desembarcamos un rato en una islita donde se puede ver todavía el cráneo de una desfortunada ballena que vino a morir allí… Los bancos coralinos polares han dejado una verdadera joyería de trocitos de coral y esqueletos de crustáceo marinos, conchas malvas, rosas, blancas translúcidas…

Nos vamos ya y un poco a regañadientes de Hamn i Senja… Nuestros huéspedes nos han tratado con el cariño generoso y sincero que se da a unos más de la familia, y nos hemos reido con las anécdotas de Christian. ¡Aquí hay “buen rollo”! Se lo enseñamos a decir aunque Christian se defiende en Español. Pero el cielo inestable en esta estación primaveral se vuelve a cargar de nubes amenazantes. La única carretera abierta (todavía) es la que tenemos que tomar para volver a Tromso, a unas 3 horas de aquí. Mejor que nos demos prisa… Nos queda solamente dos noches y todavía ni rastro de las auroras boreales… ¿Tendremos suerte esta noche?

Datos prácticos:

Para llegar a Hamn i Senja desde Tromso, coger primero la E8 en dirección a Nordkjosbotn. En Nordkjosbotn, coger la E6 en dirección a Andselv donde cogeréis la carretera 86 en dirección à Sorreisa y Finnsnes. Seguir la 86 hasta ver la señal de Hamn i Senja a la derecha. El trayecto dura unas tres horas.

Los precios para uso doble van de 550 coronas noruegas (unos 70 euros/persona/noche) en una habitación standard hasta 795 coronas (101 euros)/persona/noche en una suite y 760 coronas (97 euros)/persona/noche en un apartamento (min. 4 personas).

Las actividades que ofrece Hamn i Senja: trekking por los montes y los paisajes más pintorescos de la isla con picnic, en todas las estaciones; paseos en barco (el hotel presta un excelente material impermeable) para avistar la fauna marina, para bañarse (con traje térmico) o para pescar. El hotel abrirá también próximamente un club de buceo para bucear por los arrecifes coralinos polares, una experiencia bastante única.

Datos de contacto:

Hamn i Senja

9385 Skaland.

Tel.: 0047 77 83 55 55 (reservas) o 0047 77 85 98 80 (recepción).

booking@hamnisenja.no

www.hamnisenja.no