Ciudad de Quebec. www.flickr.com/photos/nino_ary/

Canadá, un singular país plural

La ciudad de Quebec, capital del Canadá francófono, tiene el muy original mérito de ser “la única ciudad amurallada al norte de río Grande”. Este dato indiscutible y su esmerado perfil colonial francés le valieron su titulación como Patrimonio de la Humanidad. Siguiendo la pista de la herencia francesa, podrás visitar también la gran urbe de Montreal, donde ésta se mezcla con las raíces sajonas, para después llegar a Toronto (2a parte), la otra gran ciudad y emblema de la cultura anglófona del país.

Texto: (C) Miguel Mañueco

QUEBEC

CORAZÓN FRANCÉS DE NORTEAMÉRICA

Ardilla rayada "Tamias striatus". Eastern chimunk. Parque de Mont Tremblant. Montreal

Te sentirás transportado en el espacio cuando atravieses las murallas que, finalizadas a principios del siglo XIX, rodean el centro histórico de Quebec. Las calles en pendiente, estrechas y discontinuas; las fachadas con sus contraventanas y sus tejados en mansarda; los tradicionales cafés, las boulangeries y bistrots… Pura estética del norte de Francia a no tanta distancia de la contundencia americana de Nueva York… Te parecerá tan ilusorio como si de un parque temático se tratara, pero es una realidad con cuatro siglos de fiel evocación arquitectónica de la madre patria: no puede ser más parisina la silueta del Palacio de Justicia y el Parlamento, y es talmente un grandioso castillo del Loira el icónico Châteaux Frontenac, en realidad un hotel inaugurado en 1893 donde siempre se han alojado las celebridades que visitan la ciudad. Desde el cercano mirador Dufferin avistarás la parte baja del casco viejo, a la que conducen empinadísimas calles y también escaleras y un funicular. El ambiente es aún más típico allá abajo, en torno a la Place Royale, con sus restaurantes y tiendas de artesanía que tienen cierto aire de bohème. Estas calles apostadas a la orilla de río San Lorenzo son el origen de la ciudad: en el espacio que ocupan estuvo el primer emplazamiento francés. Has de saber que por la inmensa vía fluvial circulan grandes barcos, incluidos cruceros, que en algunos casos llegan desde el Atlántico, atravesando los Grandes Lagos, hasta Chicago. Eso sí, sólo en buen tiempo, porque en invierno está todo congelado. El esquí en el cercano monte Sainte-Anne es una de las alternativas para incentivar los largos meses de frío. Luego, con la primavera, la cosa será ir a ver el paso de las ballenas en Tadoussac y los días campestres junto a la vecina cascada de Morency o en los bosques de Sacarcomie, admirando la constructora vida de los castores. Con frío o calor, hallarás ambiente en los bares y cafés del barrio de Saint-Jean, donde residen estudiantes y artistas. Mejor si hace bueno cuando pasees por el puerto, a la sombra de los grandiosos silos, desde donde podrás contemplar el skyline de la ciudad, en el que se mezclan los muy franceses remates y torres con las siluetas de los rascacielos de la parte nueva, bastante más “americana”.  Aunque en todo momento los carteles son en francés, lengua que habla el 98 por ciento de la población, si bien la mayoría es prácticamente bilingüe y habla inglés con un acento muy americano. Bien sûr!

Otoño. Parque de Mont Tremblant. Quebec. Canada

400 años después

Gran epopeya la de aquellos colonos franceses que, encabezados por Samuel de Champlain, se establecieron el 3 de julio de 1608 en estas tierras de fríos bosques, en un promontorio denominado por los nativos algonquinos Kebec, que en su lengua quiere decir “donde se estrecha el río”. El duro clima (con una temperatura media anual de 4 grados, a menudo 20 bajo cero en invierno y máximas de 19 en verano) no impidió el desarrollo histórico de la ciudad, que ha llegado a la actualidad con una población que sobrepasa los 700.000 habitantes. Hace dos años, en 2008, Quebec celebró sus 400 años de historia a bombo y platillo, con espectaculares montajes y actividades que dejaron bien claro su decidido espíritu cultural y su muy europeo savoir faire a no tanta distancia de Manhattan.

MONTREAL

Fuegos artificiales sobre la isla de la Ronde. Junto al puente de Jacques Cartier. Isla de MONTREAL. Quebec. Canada

DOBLE PERSONALIDAD URBANA

Desde que la región francófona de Quebec consiguió su actual estatus de autonomía, que de momento ha apaciguado las corrientes independentistas, el idioma francés se hizo dueño de las calles de Montreal. La estricta reivindicación idiomática hizo que la hasta entonces primera urbe canadiense perdiese parte de su población anglófona en favor de Toronto. La amenaza sobre el cosmopolitismo fue pasajera y la ciudad, con casi cuatro millones de habitantes, sigue exponiendo su multiculturalidad y su dinamismo; eso sí, con todos los carteles y señales en francés, aunque el 40 por ciento de la población es anglófona.

El puerto viejo. Ciudad de MONTREAL. Quebec. Canada

La huella de lo galo es inconfundible en muchos edificios del centro histórico, que ocupa una gran isla en el río San Lorenzo, pero incluso ahí está mezclada con rascacielos de los años setenta y de ahora mismo. No te pierdas la catedral denominada –por supuesto- Nôtre Dame, los productos artesanos del mercado Bonsecours, las vistas desde el viejo puerto ni los muy genuinos cruasáns de los cafés de la plaza Jacques-Cartier. El sabor del origen galo está también en el Quartier Latin, talmente una réplica del de París y asimismo testimonio de la pluralidad de la ciudad. Cualquier asunto de Montreal lo hallarás primorosamente ilustrado en los muchos museos, que abarcan todos los temas y que forman parte de una ya proverbial vocación cultural, constante en festivales y eventos. Merecerá la pena que consultes los programas en webs y prensa, porque la actividad continúa en el crudo invierno. Tampoco cesa la vida urbana, a pesar de superar a veces los 30 grados bajo cero, pues ya sabes que esto es Canadá, puro mundo civilizado y muy preparado: la ciudad cuenta con 32 kilómetros de calles subterráneas repletas de tiendas, restaurantes y entretenimiento, donde te sentirás tan a gusto como en un inmenso centro comercial. Casi todos los rascacielos que rodean la catedral Marie-Reine-du-Monde, réplica de la basílica de San Pedro, así como otros muchos edificios e incluso los locales de marcha nocturna de la Rue Crescent, cuentan con acceso directo a este mundo escondido del frío. Todo un espectáculo es el gran río congelado en invierno, pero, si llegas antes que los hielos, te gustará cruzarlo en ferry y llegar al parque Jean-Drapeau, donde están el casino y otros curiosos edificios que se conservan de la Expo de 1967. Y si es verano, pues será la ocasión para bañarse en la playa de Sainte-Hélène (Santa Helena) o disfrutar en su parque de atracciones, una de las islas fluviales.

El puerto viejo. Ciudad de MONTREAL. Quebec. Canada

Carismáticos barrios

La zona más chic del Montreal es la de Mont-Royal, famosa por su Oratorio, iglesia de gran cúpula que se alza sobre una colina, las elegantes boutiques de la avenida Laurier y las mansiones de Westmount y Outremont. Lo más vanguardista se concentra en el área denominada Plateau Mont-Royal, a la vista en las terrazas y restaurantes de la calle Saint-Denis o en el bulevar Saint-Laurent, donde se deja ver el famoseo canadiense. En el barrio de Maisonneuve se conserva el estadio que acogió las olimpiadas de 1976, con su famosa torre inclinada –todo un hito en su momento-, justo al lado del muy extendido e interesante Jardín Botánico, donde cada octubre se expone una impresionante exhibición de creativos faroles chinos. Allí también se halla La Cité des Arts du Cirque (www.tohu.ca), sede del Cirque du Soleil y todas sus actividades.

Lago Albert. Sector La Pimbina. Parque provincial de Mont Tremblant. Al nor oeste de Montreal. Quebec. Canada

DATOS PRÁCTICOS

Cómo llegar

– Air Canada (www.aircanada.com, tel. 914 585 568) vuela directamente desde Madrid a Toronto. Sus conexiones diarias entre esta ciudad y Montreal y Quebec son muy fluidas.

Curiosidad:

– Acercate al parque Mont Tremblant (2-3 hrs de la isla de Montreal) y disfrutar de la tranquilidad, de bosques y lagos. Alli  podrás hacer camping,  navegar en canoa, pescar en pequeños lagos o simplemente disfrutar del entorno.  Ver las cascadas del diablo “cascades du diable” Lugar idoneo para pasar unas vacaciones en familia.

Información

– Quebec: www.quebecregion.com

– Montreal: www.tourisme-montreal.org

Dormir

– En Quebec, el hotel Loews Le Concorde (1225 cours du Général-De Montcalm, tel. 418 647 2222, www.loewshotels.com) ocupa uno de los edificios más altos de la ciudad y en el último piso tiene un restaurante giratorio que domina toda la ciudad y su entorno.

– En Montreal, el Fairmont The Queen Elizabeth (900 blvd. René-Levesque, tel. 514 861 3511, www.fairmont.com) es uno de los clásicos del centro, con bonitas vistas de los rascacielos circundantes.

Comer

– En Quebec, el restaurante L’Échaudé (73 rue Sault-au-Matelot, tel. 418 692 1299, www.echaude.com), situado en el Puerto Viejo, es un clásico en la ciudad. Gastronomía regional renovada.

– En Montreal, el restaurante Nuances (1 Avenue du Casino, tel. 514 392 2708, www.casino-de-montreal.com), dentro del Casino, con vistas de la ciudad y alta cocina creativa regional y francesa.